El joven de 24 años, Walter Liendro, fue el primer testigo en prestar declaración en el juicio oral, haciéndolo en calidad de víctima del hecho.
Liendro comenzó su relato indicando que arribó a Río Grande poco tiempo antes del violento episodio proveniente de la provincia de Salta con fines laborales y para intentar reencausar su vida fuera de las adicciones a las drogas.
Residía en la vivienda contigua a la familia Parra, aclarando que no tenía ningún tipo de relación, incluso ni siquiera los conocía. Ese día, al regresar de un kiosco, observó a Parra arrojando diversos elementos a un contenedor. Allí, tras un cruce de miradas, Liendro aseguró que Parra comenzó a amenazarlo, incluso con “pegarle un tiro”.
Ante esta situación, la víctima sostuvo que “le dije si queres pelear que sea mano a mano”, observando que Parra se retiró del lugar, regresando a los pocos minutos, quien al volver a mirarse, aseguró que el imputado sacó un revólver de entre sus prendas y “me gatilló tres veces”. Asimismo, agregó que en ese preciso momento, Parra se le abalanzó y comenzó a golpearlo sobre la cabeza con la culata del arma, provocándole heridas cortantes.
Allí, a fin de intentar defenderse de la agresión, le propinó una serie de golpes de puño para luego tomar una botella de cerveza, con la cual terminó golpeando a Parra.
En ese momento habría aparecido la pareja de Liendro, quien le ayudó a ingresar a la vivienda, al tiempo que se dio aviso a la policía de la situación.